Al oír por primera vez la frase “Dare to go beyond”, no pensé en lo que ahora sé en mi cuerpo. Siempre he estado entrenando en muchas disciplinas y países diferentes, y considero que mi camino creativo es rico, desafiante y bendecido.
Sin embargo, los obstáculos y momentos de dolor empezaron a formar una pared de hielo donde mi propia voz se desvaneció al otro lado y ya no podía escucharme a mí misma. Aunque nunca dejé de progresar, había olvidado cómo ir más allá de mi propio juicio y circunstancias, como lo hacía cuando era más joven. No expreso esto con temor ni nostalgia, sino con una profunda ejecución de mi capacidad de confiar en mi seguridad y confianza.
Además, no conocía el trabajo de Fernando Barba, lo cual ha sido un recorrido onírico el recordar y ejecutar juegos rítmicos. Su legado es poderoso y sigue atravesando el mundo y tocando personas con el batir de su propio corazón, es un honor aprender y conocer sobre su historia, material musical y compartir el espacio con otros creativos que me llenan de inspiración. Barba es un musical diferente, lleno de misticismo, espiritualidad y esencia. Auténticamente creado con trozos de alma de Carlos Bauzys y Kim Bixler y dirigido por Luis Salgado, cuya misión va siempre más allá.
Durante mis años de estudio en la Escuela Nacional de Arte Dramático de México, aprendí a observar el trabajo en colectivo como una máquina en movimiento que acarrea todas sus piezas y herramientas, con un solo objetivo: trabajar como una sola entidad. Esta oportunidad es para mí un abrir y despertar de mi corazón, de permanecer abierta una vez más, y de hallar mi expresividad sin limitaciones. Soltar el control, confiar en el trabajo y el entrenamiento y disfrutar de la bendición de esta comunidad, del viaje.¿Presumir? ¡No! ¿Conectar? ¡Absolutamente! ¿Brillar? ¡Maravillosamente! ¿Empoderar a otros a que brillen? Mi propósito.
Explorar Barba en el Beyond Workshop ha sido un proceso que había anhelado durante mucho tiempo, el cual me recordó la acumulación de experiencias que tuve durante mis años de formación actoral. Cada paso del camino es una nueva introspección, un nuevo descubrimiento, un sendero hacia una posibilidad de derribar mi pared de hielo.
Se rompen las cáscaras y avanzamos juntos, como un gran equipo, una gran familia. Ir más allá, integrando nuestra propia luz y sombra — combinadas, alineadas y equilibradas – este es el camino del empoderamiento en el amor, no en el ego. La vida en los diferentes planos es corta. Es cuestión de trascendencia. ¿Qué significa realmente salir de nuestras propias limitaciones? Abrir el pozo de confianza en nuestras propias vibraciones ancestrales y dejar que se propaguen por nuestros pies hasta nuestra columna vertebral. Descubrirnos desnudos, sin máscaras, lejos ya de los bálsamos del ego, totalmente transparentes. Conectados a tierra. Somos agua, viento y fuego. ¿Cómo usar nuestra individualidad sabiamente para elevar nuestra colectividad? El mundo es un escenario y el escenario es la experiencia colectiva de vivir.
El camino no tiene que ser solitario o una vida individual y destructiva, llena de vacío y pasajes estrechos. El viaje no tiene que ser uno de eterna insatisfacción por lo que no hemos logrado, o por el hecho de quedarnos cortos en el proceso. Es una gran ventana hacia la probabilidad. Veo la vida como el supremo conjunto de circunstancias que celebran los pasos que damos para vivir, aterrizar y compartir nuestro legado. La libertad de seleccionar el lente desde el cual vemos el puente y cruzar. Cada pisada, cada palmada y cada chasquido es una encrucijada para una mejor ejecución de movimiento y una coreografía más precisa. Cada armonía: una composición que da fuerza a la voz. Cada zumbido y cada vibración profunda cambia las moléculas dentro de nuestros cuerpos. Nos hemos compuesto por un rompecabezas que moldea una orquesta de palpitaciones. Donde hay silencio, hay aliento, donde hay un grito, hay una grieta en el hielo. Crear no es solo hacer sino ser. Reaccionar a lo que está alrededor, en el presente. Escuchar.
El teatro es la representación de la vida durante eventos o circunstancias extraordinarias. Actuar es relajación agregando tensión adecuada, es decir, la cantidad de energía y fuerza necesarias para lograr la acción requerida. La verdad cae en la simplicidad. Ensayar lentamente para luego actuar con rapidez, re-oír lo que hay que lograr. Re-escuchar-actuar-reaccionar son un ciclo interminable dentro del trabajo escénico.
Por: Tessie Herrasti